Era un programa de sketchs. Algunos de los más
recordados fueron "El Arbolito" protagonizado por Joe
Rígoli, Julio López y Tino Pascali, en el que
Efraín Troncoso (Rigoli) sufría eternos problemas
burocráticos para que le permitieran plantar un
árbol frente a su casa. Otro era "Los Jubilados" con Nelly
Lainez, Guido Gorgatti, Tincho Zabala y Vicente Rubino, en la que
un grupo de jubilados se contaban historias entre si en el banco
de una plaza y uno se jactaba de la cantidad de beneficios que
conseguía su hija aunque posteriormente se deducia que
eran devoluciones a otros favores que esa chica ejercía
con su cuerpo. Otro era "La mordida" con Marcos Zucker, en donde
un artículo tan común como una lamparita
podía terminar costando varios millones de acuerdo a los
sucesivos encargos que se hacen los distintos personajes a lo
largo del sketch provocado por las comisiones que cada uno le iba
agregando al insumo.
Otros de los integrantes de este programa eran: Rafael
Carret (integrante de Los 5 Grandes del Buen Humor, quien
además recibía el apodo de "Pato" Carret), Delfor
Medina, Carmen Vallejo, Tono y Gogo Andreu, Carlos Scazziotta,
Pepe Díaz Lastra, Oscar Viale y Gino Renni entre
otros.
La idea y la producción artística eran de
Hector Maselli, quien además fue uno de los libretistas
junto con Jorge Basurto, Juan Carlos Mesa y Carlos
Garaycochea.
Este programa ganó un Martín Fierro en
1969 como mejor programa humorístico y en 1982 tuvo una
reedición con el mismo elenco y a color.
Hacia 1960 la televisión gana mas terreno y los
programas humorísticos ya pasan a realizarse en la
pantalla chica. Esto se suma a las tareas de los comediantes en
teatros de revistas.
En 1961 debuta en televisión un cómico que
a esas alturas tenía una larga trayectoria en acrobacias y
espectáculos circenses, así como en recitados de
chistes picarescos: Pepe Biondi.
Luego de debutar en la televisión mexicana 9
años atrás, desembarca en Buenos Aires y, convocado
por el empresario cubano Goar Mestre, hace "Viendo a Biondi" por
Canal 13 en horario central los viernes a las 21,30 horas. El
elenco lo integraban Pepe Díaz Lastra, Carlos Scazziotta,
Carmen Morales y una adolescente Luisina Brando.
El programa constaba de breves sketchs basados en un
humor familiar que logró notable nivel de rating, lo que
lo llevó a estar 10 años en pantalla.
Pepe Biondi falleció pocos años
después, el 4 de octubre de 1975 a la edad de 66
años. Fue uno de los más grandes cómicos
argentinos.
Dos programas del año 1962 que merecen ser
mencionados son "Telecómicos" en donde participaron Juan
Carlos Calabró, Alfonso Pícaro y Cuchuflito y el
programa uruguayo "Telecataplúm".
Telecataplúm fue un programa que se emitía
por Canal 12 de Montevideo. Integrado por un conjunto de
jóvenes actores polifacéticos sin experiencia
previa en programas humorísticos. Integraban el elenco
Ricardo Espalter, Eduardo D´Angelo, Raimundo Soto, Alberto
Monteagudo, Henry Trayles y Gabriela Acher entre otros. La
orquesta del programa se llamaba Los Chicago Strompers actuaron
en el programa, entre ellos, dos que resultaron ser muy buenos
comediantes: Julio Frade y Heber Hugo Carambula, conocido por su
seudónimo Berugo Carambola.
El éxito del programa, basado en un humor que
apelaba a la inteligencia de quienes lo veían aprovechando
la gran capacidad interpretativa del grupo, hizo que pronto se
difundiera también en Argentina por los canales 13 y
11.
El programa varió su nombre y mínimamente
su estilo y su elenco y se siguió difundiendo durante las
décadas siguientes. Comicolor, Hiperhumor (muy popular en
los 80), Hupumorpo y Decalegrón fueron los nombres con que
la idea original de Telecataplum fue viéndose en pantalla
los años siguientes. En 1988 se fusionaron con el elenco
del programa de Olmedo para hacer "Shopping Center" de
efímera duración.
Otros cómicos que merecen ser mencionados y que
brillaron en la radio, la televisión y el cine a partir de
las décadas del 50 y 60 son:
Juan Carlos Altavista: Su interpretación
más recordada fue el personaje Minguito Tinguitella. Una
creación del guionista Juan Carlos Chiappe que
apareció originalmente en la radio a fines de los 50 y
posteriormente brilló en el programa televisivo
"Polémica en el Bar" y en películas de la
década del 80 en colaboración con Juan Carlos
Calabró y con Carlitos Balá. El personaje
estereotipaba al hombre de pueblo, bueno, descuidado en su
apariencia, hincha de futbol y descendiente de inmigrantes
italianos.
José Marrone: Cómico, payaso e
improvisador. Se destacó en el teatro de revista y en la
radio. Posteriormente hizo programas para público infantil
como "El Circo de Marrone". Sus muletillas eran
"Cheeeee…", "Me saco el saco, me pongo el pongo" y cuando
se asustaba la expresión "¡Mamita querida!".
Registró varios discos humorísticos y
protagonizó un importante número de
películas entre 1949 y 1980.
Fidel Pintos: Actor y humorista. Su personaje mas
recordado es el del "Sanatero" popularizado en televisión
en la década del 60. Hacia 1950 daba vida a los personajes
Churrinche y Mesié Canesú desde los
micrófonos de Radio Callao.
Fue un pionero de la comedia picaresca y brilló
en teatro de revista y en cine, además de sus recordadas
intervenciones en televisión en los sketchs de
"Operación Ja Ja" Polémica en el Bar y La
Peluquería de Don Mateo.
Juan Verdaguer: Humorista uruguayo nacionalizado
argentino. Realizó actividades circenses en distintos
países de Latinoamérica y para la década del
50 debutó en el escenario del Teatro Maipo haciendo teatro
de revista. Participó en 11 películas.
Francisco Pablo Quiroga Soria ("Don Pelele"): Actor
argentino que integró el programa radial "La Cruzada del
Buen Humor" en la década del 40. Formó dúo
con Alfredo Barbieri en teatro de revista y participó con
él en varios programas de televisión.
Desde 1952 participó en varias películas
picarescas, donde siempre hizo personajes humorísticos y
en algunos casos hasta interpretó canciones.
Con Olmedo y Porcel trabajó en el film "Los
Doctores las Prefieren Desnudas" de 1973.
Dringue Farias: Su verdadero nombre era Juan Manuel
Farias Torterolo. Su especialidad eran las imitaciones y se
desempeñó en el teatro de revistas. En teatro
compartió cartel con figuras como Olinda Bozán.
Hizo cine entre las décadas del 20 y el 70 en donde tuvo
la posibilidad de trabajar con Libertad Lamarque, Alita
Román, Marcelo Ruggero, Susana Canales, Enrique Serrano y
Tito Gómez entre otros.
Fue pionero en la televisión y en la comedia
"Caras y Morisquetas" trabajó con Landrú en guiones
y con Tato Bores. También participó en "La Familia
GESA" y protagonizó "La Revista de Dringue" en Canal 13
estando al aire varias temporadas.
Eddie Pequenino: Fue comediante, así como
también trombonista y cantante de jazz y
rock´n´roll. En este último género
musical fue pionero en nuestro país como vocalista del
grupo Mr. Roll y sus Rockers en el año 1956. Un año
después debuta en el cine en la película "Venga a
bailar el rock".
A comienzos de la década del 60, paralelamente a
sus actividades musicales como integrante de El Club del Clan y
director de orquesta del programa Domingos para la Juventud,
empieza su carrera como humorista interpretando a Don Mateo en
Operación Ja Ja, en el sketch La Peluquería de Don
Mateo.
Trabajo en veinte películas y con Olmedo
participó componiendo personajes en "No toca botón"
durante los 80.
En 1981 Gerardo Sofovich reedita en televisión
"Polémica en el bar" como programa independiente y
"Operación Ja Ja", programa ideado junto con su hermano
Hugo en la década del 60, que ahora se basaba
principalmente en el sketch "La peluquería de Don Mateo"
protagonizado por Jorge Porcel y que incluía la
participación de Rolo Puente, María Rosa Fugazot,
Adriana Brodsky, Carmen Morales, Luisa Albinoni, Amalia
González, Noemí Alan, Carlos Russo y Miguel
Ángel Cherutti. El elenco del programa se completaba con
Silvia Pérez, Pablo Codevilla y Willy Ruano.
Por aquellos años, en la década del 80, el
humor también llegaba a la casa de la gente desde la
pantalla chica por medio de programas ómnibus que
incluían la participación de artistas del
género. Es el caso del exitoso programa conducido por Juan
Alberto Badia los días sábados por la pantalla de
Canal 13 titulado "Badia & CIA.". Allí actuaban Paolo
El Rockero (cuyo éxito se extendió a algunas
participaciones en cine y en futuros programas televisivos en la
década del 90) y de Esteban Mellino quien daba vida a otro
personaje inolvidable de esos años: El Profesor
Lambetain.
También se difunde por televisión el humor
de Luis Landriscina, basado en cuentos sobre los argentinos que
viven en el interior del país, principalmente en zonas de
campo. Otros humoristas de esa época son El Negro
Álvarez y Hugo Varela entre otros.
Juan Carlos Calabró ya llevaba más de 15
años trabajando en radio, teatro, cine y televisión
cuando a fines de los 70 protagoniza por la pantalla chica un
programa de sketchs cómicos llamado "Calabromas". Este
programa tuvo gran suceso a mediados de la década del 80
de la mano de personajes como "Johnny Tolengo" (un ídolo
de la canción que usaba tapados y exuberantes anteojos de
diversas formas), "Gran Valor" (uno de los personajes favoritos
del actor cuyo éxito se trasladó al cine) y el
verborrágico, entrañable y fabulador "Anibal, un
pelotazo en contra".
Durante los 80, en el cine, protagonizó
películas junto a Juan Carlos Altavista (Minguito),
Carlitos Balá y Tristán y en la década del
90, en dupla con Antonio Carrizo, protagonizó el sketch
televisivo "El Contra" con gran éxito. También
grabó simples y un disco de humor por el sello
Verde.
Un programa humorístico que empieza a ser emitido
semanalmente a finales de la década del 80 por Canal 13 es
"Stress, su casa de descanso", protagonizado por Emilio Disi,
Dorys Del Valle, Juan Carlos Thorry, Irma Córdoba, Katja
Alemann y Gladys Florimonte. Posteriormente se llamó
Stress Internacional y finalmente, en los 90, la dupla Disi-Del
Valle encabezó otro programa de sketchs
humorísticos llamado "Pizza Party".
En 1986, por ATC (Argentina Televisora Color) empieza el
programa "La noticia rebelde", en el que se leían las
noticias de diarios y revistas y posteriormente los conductores
realizaban sus apreciaciones sobre las mismas. Tres de las
personas que se encargaban de llevar adelante el programa son
nombres que hoy nos son absolutamente familiares: Jorge
Guinzburg, Adolfo Castello, Nicolas Repetto, Raúl Becerra
y Carlos Abrevaya. El programa continuó al aire por tres
años más, con algunas variaciones en el equipo,
para finalmente ser levantado por el entrante presidente Carlos
Menem en el año 1989.
También por ATC, en 1988, debutaron otros dos
programas de humor:
Uno protagonizado por el actor Antonio Gasalla llamado
"El Mundo de Antonio Gasalla", compuesto por sketchs en los que
Gasalla daba vida a diversos personajes (en muchos casos mujeres)
que afrontaban diversas situaciones. Este programa
consagraría definitivamente a Gasalla ante el gran
público. Además de representar a "Mama Cora"
(aquella abuela querible aunque algo ida que le significó
un rol protagónico en el film Esperando la carroza de
1985) en los años siguientes dio vida a La Maestra Noelia,
Soledad Dolores Solari, La Empleada Pública, La Nena y
otras creaciones que, en cierta similitud con Olmedo,
también fueron asimilados y recordados por el gran
público.
Para comienzos de los 90 Gasalla introduce en la
televisión a algunos artistas provenientes del under
teatral de los 80, actores humoristas que habían actuado
en lugares de la noche de Buenos Aires como el Parakultural o
Cemento; Humberto Tortonese, Alejandro Urdapilleta y Batato
Barea.
El otro programa de 1988 fue "Noti Dormi", conducido por
Raúl Portal y que se mantuvo dos años en el aire.
Este programa inauguraba con éxito el horario de la
medianoche en la televisión, haciendo un buen nivel de
rating y abriendo el camino para que otros programas como "La TV
Ataca" conducido por Mario Pergolini o "Video Match" con Marcelo
Tinelli hicieran lo propio en la entrante nueva
década.
En la era Post-Olmedo, y ya comenzada la década
del 90, aparece en la pantalla de America TV el programa de humor
poco convencional, de tinte absurdo y surrealista "De la Cabeza"
protagonizado por Alfredo Casero, Favio Posca, Rodolfo
Samsó, Fabio Alberti, Mex Urtizberea y Diego Capusotto.
Este programa daba nuevos aires al humor en la televisión
argentina. Lo componían sketchs en los que se veían
a singulares personajes en situaciones a veces difíciles
de describir, o en parodias a determinadas personas. Al separarse
del grupo Favio Posca, los demás integrantes formaron el
programa Cha Cha Cha de similares características por el
mismo canal y sus emisiones se extendieron al año 1997.
Posteriormente sus miembros continuaron carreras en radio y
televisión, algunos logrando verdaderos sucesos como Fabio
Alberti y Diego Capusotto con "Todo por dos pesos" (1999-2002) o
el propio Capusotto en dupla con Pedro Saborido en "Peter
Capusotto y Sus Videos".
Finalizando esta sección dedicada al Marco
Histórico hago mención a otro gran actor y
comediante argentino de gran éxito a quien en más
de una ocasión quisieron señalar como un "sucesor
de Olmedo". Hablo de Guillermo Francella, nacido en Buenos Aires
en 1955. Que en 1973 actuó de extra en la película
"Los caballeros de la cama redonda" y que a mediados de la
década del 80 comenzó a ser muy popular por su
participación en películas de humor picaresco como
"Las colegialas se divierten", "Camarero nocturno en Mar del
Plata" y otras de humor más familiar como "Johnny Tolengo
El Majestuoso", "Los pilotos más locos del mundo" y para
1989 con su co-protagónico junto a Emilio Disi en
"Bañeros II, La playa loca". Ese mismo año
filmó la primera película de la saga de Los
Exterminators (hasta 1992 serian cuatro en total) que le
significó uno de los éxitos mas grandes de su
carrera.
En televisión se destacó en programas como
"De carne somos" (1988) o Los Benvenuto, una comedia familiar que
se emitía los domingos en las primeras horas de la tarde
entre 1991 y 1995 por Telefé.
Otros de sus programas más recordados de la
década del 90 son "Brigada Cola", "Naranja y Media" y
"Trillizos dijo la partera".
Francella se hizo reconocido por su aspecto (ojos
azules, sonrisa amplia y bigotes) y una serie de gestos y
exclamaciones que se convirtieron en su marca de fábrica.
En una anécdota que le escuche contar en un programa de
radio durante la segunda mitad de la década de 2000
decía que unos días atrás el estaba haciendo
un asado para agasajar a sus hijos y algunos amigos que estaban
de visita y que en un momento comenzó a notar que los
amigos le decían algo a los hijos, pero por lo bajo con
timidez lo cual les causaba gracia. Francella no le dio mucha
importancia a esa situación la primera vez pero al ver que
se repetía unos minutos después se animó a
preguntar que estaba pasando, de que se reían y fue
ahí que le contestaron "Me piden que te diga si les podes
hacer aquel gesto que haces en la película, que les causa
mucha gracia…"
En el año 2001 volvió a protagonizar un
gran éxito en la televisión con el programa "Pone a
Francella", el cual llegó a tener dos temporadas y varias
repeticiones en años posteriores, además de
acrecentar su imagen en otras latitudes como Cuba y
Centroamérica. Este programa cómico se
componía principalmente de sketchs y Francella encarnaba a
diferentes personajes.
Los comentarios sobre una imitación a Olmedo en
este programa se produjeron principalmente por dos sketchs: "La
Nena" y "Sambucetti".
Si bien el personaje de La Nena (interpretado con la
modelo Julieta Prandi) se asemejaba más a la
película "Belleza americana" del director Sam Mendes,
estrenada en 1999, algunos identificaron la relación
seductora entre esa adolescente amiga de colegio de su hija con
Arturo (Francella) como una recreación de Adriana Brodsky
(La Bebota) cuando, inconcientemente, provocaba el desborde del
Manosanta (Olmedo) al contarle cada semana una historia nueva en
la que los hombres la rechazaban y ella se quedaba
sola.
Quizás era mas clara la reminiscencia de "Rogelio
Roldan, Jefe de cadetes" en el personaje Sambucetti, ese
tímido empleado que semana tras semana era acosado por su
jefa, la señora De Roble (Florencia Peña) y que se
retiraba avergonzado, mirando a cámara agradeciendo no
haber perdido el trabajo. Roldan era acosado por el personaje de
Susana Romero, la esposa de John Patrick Bartolomiu
(Adrián "Facha" Martel), cada vez que su jefe, el
alemán Her Holls (Vicente La Russa) lo mandaba a hacer
firmar un contrato con algún proyecto absurdo.
También los anteojos y pelucas de ambos personajes se
parecen bastante, sin contar el latiguillo "¿Es
necesario?", que Roldan le decía a Her Holls cunado
éste le iba a contar un chiste y que Sambucetti le dice a
la Sra. De Roble cuando ella le pide que vaya a buscar una caja
con la ropa con la que quiere que su empleado se
disfrace.
Podríamos cerrar esta parte con una
reflexión que hizo por aquellos años Adriana
Brodsky al respecto del sketch de La Nena "Pueden haber otras
nenas o bebotas, lo que no va a volver a haber es otro
Olmedo".
Marco
teórico
El libro "Queríamos tanto a Olmedo" publicado en
el año 1991 por Periodismo por Periodistas Ediciones se
inicia con tres citas textuales que tienen muchísimo que
ver con la pregunta a la que pretendo dar respuesta a medida que
se desarrolla la investigación.
La primera cita corresponde a Macedonio Fernández
(escritor argentino 1874-1952) y dice así "La muerte que
hay en los olvidos es la que nos ha llevado al error de creer en
la muerte personal. Pero esa creencia es debilísima; por
eso hacemos mucho mas por no ser olvidados que por no
morir"
La segunda le corresponde a Fidel Pintos, a quien
mencioné en el capitulo anterior y que es interesante
acotar que fue una especie de "padrino artístico" de
Olmedo, una persona a la cual quiso mucho. Por su parte el
rosarino sentía aprecio y admiración por
Pintos.
La cita del libro refiere a una reflexión del
"Sanatero": "Escúcheme. Usted agarra una cebolla, la pica
y se pone a llorar… Tráigame usted una hortaliza
que me haga reír"
La ultima es una respuesta del propio Alberto Olmedo
hacia alguien que le pregunta que es lo que quiere que quede de
el. "¿Qué quiero que quede de mi? Una estatua a mis
manos en la calle Corrientes, para que miren y digan "Chau Negro"
Nada más…"
Podríamos estar haciendo un gran avance en la
búsqueda de la respuesta a través de este certero
comienzo de aquella investigación ideada y coordinada
periodísticamente por Sergio Ranieri.
Por empezar, esta claro que la muerte de un artista,
como es el caso de Olmedo, no significa un punto final a su
historia ya que quedan películas, personajes, frases que
van a seguir siendo vistas, escuchadas o repetidas. Las personas
que veían los viernes a la noche "No toca botón" en
los 80, posteriormente habrán comentado con sus hijos 10 o
15 años después lo mucho que se divertían
con ese programa. Esos chicos podrán buscar alguna
filmación o los propios padres podrán haber
comprado alguno de los DVD de las películas o los
programas de Olmedo y los chicos pueden reírse de los
mismos chistes que dos décadas atrás habían
provocado la alegría de sus padres.
En otro caso podrá ser que alguna persona de 15
años encuentra en YouTube algún video y se engancha
y quiere ver más. O alguien que vio una foto, o que
escuchó un comentario. En fin, son muchas las variantes
que llevan a que un actor, escritor, pintor siga generando nuevas
sensaciones aún cuando no está presente
físicamente.
El caso de la vigencia o el "no morir" de Olmedo se
puede explicar un poco mejor con la reflexión de Fidel
Pintos; ¿Qué provocaba Olmedo? Risa,
alegría, porque era humorista. ¿Es necesaria la
risa y la alegría? Si, y mucho y lo fue en la época
de los cómicos que precedieron a Olmedo, lo siguió
siendo durante toda la etapa en que estuvo en TV, cine y teatro
(60, 70 y 80s) y naturalmente lo siguió siendo
después.
En el caso de Olmedo, siempre se mantuvo en el gusto de
la gente con un personaje o en dupla con otro actor a lo largo de
tres décadas. En los 60s El Capitán Piluso y
Rucucu, en los 70s su dúo con Porcel y en los 80s hay
varias opciones pero seguramente el Manosanta o Borges, aquel
verborrágico periodista que esperaba eternamente ser
atendido por el gerente y que se entretenía hablando de
temas generales y delirios varios con Álvarez, Javier
Portales, están entre los favoritos.
Es decir que "su vida siempre estuvo cerca" de la gente
(como dice Fito Páez en su tema de Piluso) y por eso es
que hay algo con él que perdura.
Volvamos al libro de 1991 sobre Olmedo. Nótese
que no habían pasado muchos años del final
físico del actor (3 años) y ya se le hacia un
homenaje.
En sus páginas 4 y 5 se transcriben testimonios
de algunas personas que disfrutaron de sus programas y sus
personajes. Brevemente recorremos parte de algunos de esos
testimonios.
"Parece mentira que puedas querer a alguien que no
conoces, pero cuando se murió sentí que algo
irremplazable se había ido, fue un bajón…"
Mariela, 28 años. Desempleada
"Fue el único artista argentino que me hizo
reír…" Pablo, 33 años.
Bioquímico
"El mejor personaje de todos era Borges, debe ser porque
los argentinos somos así" Facundo. 24 años.
Estudiante de abogacía
"Olmedo fue el último cómico bueno que
tuvo la Argentina. En este momento no hay nadie que lo reemplace"
Osvaldo. 50 años. Comerciante
"A mi me divertía muchísimo y a mis
niños también. A veces decía algunas
palabras subidas de tono pero lo tomábamos bien porque era
Olmedo. Ahora, cuando veo sus películas me alegra
muchísimo pero también me da pena, porque se que no
nos va a hacer reír mas" Gloria. 57 años.
Presidenta de una entidad de bien público
Hay más testimonios pero creo que con estos
tenemos una muestra de lo que sentían algunas personas que
seguían a Olmedo. Podríamos venir hasta la
actualidad, 20 años después de esos testimonios, y
ver lo que la gente piensa hoy. Podemos hacer una rápida
recorrida por algunos comentarios que dejó la gente en la
página de videos YouTube..
"Negro querido, aún hoy. ¡Te
extraño!" Comentario en video Álvarez y Borges.
Junio 2011
"Negro como vos ninguno, gracias de? corazón"
Comentario en video El Manosanta. Abril 2011
"Todavía escucho la risa de mi abuela…
grande Negro" Comentario en video de Rogelio Roldán en
octubre de 2011
"Deberían volver programas como los
de Olmedo, Chespirito etc….no estos programas? idiotas que solo
muestran ridiculeces…ejemplo Tinelli, parece un programa porno
y no de entretenimiento" Comentario en sketch del Manosanta.
Septiembre 2011
"Rogelio Roldan me hace recordar a
"Sambucetti" el personaje de Francella en? su programa "Pone a
Francella" aunque entre Olmedo y Francella no hay
comparación,
Francella la mayoría de las veces
queriendo parecerse a Olmedo pero demasiado realista y poca
originalidad" Comentario en video de Rogelio Roldan. Abril de
2011.
Este último comentario, aunque en forma muy
crítica, se refiere al actor Guillermo Francella, de quien
ya hablamos finalizando el marco histórico de esta
investigación. Veamos, mediante un testimonio publicado en
el libro "El Negro Olmedo, Mi Viejo" del año 2009 que es
lo que opina el protagonista de "Los Exterminators" y "El secreto
de sus Ojos" sobre el capocómico rosarino.
"Fue alguien que me ha hecho reír y mucho. Tengo
un gran recuerdo de él, lo disfrute tanto. Fui muy amigo
de Javier Portales, su compañero en "Álvarez y
Borges", del programa No toca botón, y gracias a
él, a Javier, pude conocer mucho mas del Negrito, por las
infinitas anécdotas que habían vivido juntos. Lo
veía por televisión y lo que siempre me despertaba
su imagen era una sonrisa. Tengo la mejor, la mejor imagen de
él por siempre. Un enorme recuerdo de un
grande"
El testimonio continúa pero con este extracto nos
da una acabada idea de lo que piensa Francella de
Olmedo.
Hay una foto de los 80 que resulta todo un testimonio de
lo que eran las trasnoches de aquella época en las que
Olmedo invitaba a su elenco y amigos después de las
funciones a cenar y si el clima era propicio la noche
seguía entre champagne, charlas y música. En esa
foto de la que hablo se los ve a Olmedo y el cantante Alberto
Cortez cantando a voz en cuello (probablemente alguna tonada
española de las que tanto le gustaban al emulador de
Rucucu) y por detrás de ellos, y con una mirada y sonrisa
maravillada se lo ve a Francella. Quizás este testimonio
podría complementar perfectamente la expresión que
se le ve en esa foto.
El prologo de este libro, escrito por Marcelo Olmedo,
está escrito por el periodista Rolando Hanglin y
allí habla de una clase de personas que todavía no
fueron mencionadas y que no deben estar afuera del marco de esta
investigación: los detractores. Aquellos que en vida de
Olmedo lo acusaban de "burdo", "chabacano" y otras cosas. El
mismo Olmedo se burlo desde su programa en algunas ocasiones de
esos calificativos.
Dice Hanglin:
"Me parece oportuno aclarar que no es cierto que Olmedo
haya sido aclamado unánimemente hasta su muerte. El
publico lo amo siempre, desde Piluso y Coquito hasta
Operación Ja Ja y El Botón pasando por sus
inolvidables películas con Jorge Porcel y sus
extraordinarias temporadas en Mar del Plata, que aun hoy son
record. El publico lo entendió, lo admiro, fue su
cómplice y "le completaba las frases de memoria". La
critica no, Alberto nunca fue comprendido por los intelectuales y
críticos, que lo tildaron siempre de "chabacano" y
"repetitivo". Esa es la verdad. La crónica ilustrada lo
consideraba un Emblema de la Televisión Basura. A Olmedo
nunca le importo: frecuentemente se divertía con el
remoquete de "chabacano", que intercambiaba con Javier Portales,
saliéndose del libreto como era su costumbre e
intercalándolo con otros calificativos como "soez" o
"inculto". Ahora bien, después de la tremenda muerte del
Negro, al encontrarse con un autentico mito popular comparable
con Gardel o Parravicini, los intelectuales se descubrieron
admirando a Olmedo"
Este es un testimonio de alguien que vivió la
época y que tuvo acceso a buena información por ser
periodista.
En mi caso, al haber sido un chico por aquellos tiempos
y solo tener algunos recuerdos de la imagen publica de Olmedo, me
encuentro en ocasiones hablando con gente mas grande que incluso
tuvo la posibilidad de conocer personalmente al cómico.
Ante mi sorpresa lo que llegué a escuchar a veces (no
siempre pero en un par de ocasiones) es que Olmedo se hizo famoso
a partir de su muerte, que antes no era tan
reconocido.
Declaraciones como esa se contraponen absolutamente a
las decenas de revistas de época de los años 86, 87
y comienzos del 88 en donde claramente se habla de la
Olmedomania. La segunda gran etapa en que el público se
obsesionó en demasía con su persona
Repasemos lo que contaba el propio Olmedo en reportaje
con Juan Alberto Mateyko en diciembre de 1987 a propósito
de su momento de máxima popularidad en la etapa del
Capitán Piluso.
"… recuerdo que era… avasallante la cosa.
Nunca la había sentido tan profundamente ¿no?
Tenía un auto muleto, ya saben lo que es un auto muleto:
es un segundo auto bastante viejo por la entrada y salida porque
recuerdo que había padres que me subían a los
chicos arriba del techo, para saludarme, y bueno, me
acostumbré a detenerme en la salida del teatro a pesar de
que había muchísimas personas, siempre me
detenía para saludaros, darle la mano a los pibes, firmar
autógrafos, dejarme sacar fotos y se notaba. Vos sabes,
que se nota mucho el cariño, cuando te quieren bien se
nota mucho"
El propio Olmedo no podía dar crédito
cuando una vez, ahora si durante la Olmedomania de los 80, paso
con el auto una madrugada en compañía de su hijo
Javier y vieron una gran cantidad de gente sobre una vereda
haciendo cola a las 2 de la mañana. Dieron vuelta la
esquina con el auto hasta descubrir que la fila desembocaba en la
puerta del teatro en donde el cómico estaba haciendo
temporada. Todavía sorprendidos por la situación, y
para sacarse la duda, pararon el auto y Javier fue a preguntarle
a la gente el motivo por el cual estaban esperando. Al instante
volvió con la respuesta: efectivamente estaban haciendo
cola, varias horas antes de que se abriera la boletería,
para no quedarse sin su entrada para las funciones de una semana
después.
Otra anécdota relatada por Javier Olmedo para el
documental que originalmente transmitió History Channel y
que posteriormente se publicó en DVD con el nombre "20
años sin el Negro", cuenta que a veces la gente por la
calle le pedía al cómico si tenia fotos suyas para
que se las firme, a lo que el cómico respondía
extrañado "¿Cómo voy a andar yo con fotos
mías?". Y agregaba Javier que Olmedo no se creía
tan importante como para llevar fotos consigo. Para entender
mejor esta anécdota cabe aclarar una cosa, ya que es una
práctica que hace muchos años quedó en
desuso; durante muchos años, sobre todo entre las
décadas del 20 y del 80, los artistas más populares
solían llevar consigo fotos publicitarias (por ejemplo si
se trataba de un cantante de un lado traía una foto suya y
del otro la lista de discos que había grabado y el sello
que los distribuía) y fotos comunes por si se les
pedía un autógrafo, para que el ídolo
pudiera satisfacer a su admirador con un recuerdo firmado en una
superficie mas elegante y artística que en un simple trozo
de papel.
En plena gloria de rating y espectadores, durante el
verano de 1987, la revista La Semana juntó para hacer un
reportaje a Olmedo y a Porcel. Ese dúo de los 70 que
seguía unido para hacer cine, aunque ya no teatro. Durante
el año anterior a Porcel no le había ido bien en
televisión por eso la nota apuntaba a analizar el
éxito de uno y el momento no tan bueno del
otro.
Dentro de esa entrevista Porcel expresa su
opinión profesional sobre su compañero y
amigo.
"Yo creo que Olmedo es un gran mimo. Es un hombre de
gestos. Él habla con los gestos. Y además la gente
se divierte con cosas que solo a él se le están
permitidas"
En el libro "Queríamos tanto a Olmedo" toman otro
testimonio personal. Solamente que la situación es
distinta, se habla de alguien que ya no está y perdura el
recuerdo. Un buen recuerdo.
"Nos divertíamos mucho en las filmaciones de las
películas. Yo trabajé con el en dos. Alberto me
insistió mucho para que aceptara porque como yo nunca
confié en los libretistas, yo había rechazado
muchas propuestas. Pero el Negro en el aspecto profesional
también era un buen compañero, y muy organizado.
Así que me convenció y hoy no me arrepiento, porque
tengo el recuerdo de haber hecho con él dos lindas
comedias.
Alberto consiguió de mi lo que nadie, me
llevó al interior del país para actuar en una
cancha de futbol. En otra oportunidad también viajamos
para recibir un premio y los pasajes tuvimos que pagarlos
nosotros. Una cosa de locos.
En una época fuimos muy compinches, y al final
también pero no nos veíamos con
asiduidad.
Hoy, dadas las circunstancias de la vida… Si
hubiera sabido lo que iba a pasar a lo mejor hubiese tenido otra
actitud. Yo lo quería mucho, y él a mí
también. Una vez me dijo "Yo te quiero más a vos de
lo que vos me querés a mi". Otro día llegó a
mi casa con un encendedor DuPont de oro.
Tomá Tato, esto es para vos
¿Con qué motivo?
Hace mucho que no te regalo nada.
Seguramente voy a decir un lugar común, pero era
un amigo excepcional"
Estas palabras pertenecían, obviamente a Tato
Bores y las dos películas a las que se refiere son "Amante
para Dos", también protagonizada por Moria Casán y
"Departamento Compartido" protagonizada junto con Graciela
Alfano.
Otro grande del humor que lamentablemente ya no
está físicamente, que se refirió a Olmedo en
ese libro fue Roberto Fontanarrosa.
"Cuando acá nos ponemos a enumerar los orgullos
de Rosario, obviamente primero aparece Olmedo. Después,
por supuesto que vienen Fito Páez, Juan Carlos Baglietto,
Adrián Abonizio, Quique Llopis, que además son
todos hinchas de Rosario Central, aunque Olmedo aclaró
alguna vez muy honestamente que no iba la cancha. No sé si
hay un concepto entrañable de propiedad con él,
porque era rosarino pero hizo su carrera en Buenos Aires. Hay un
gran cariño, pero es un sentimiento parecido al que puede
haber por algún artista porteño. En realidad,
Rosario es muy similar a Buenos Aires, es un Buenos Aires en
chiquito. Son dos ciudades portuarias, de inmigrantes, donde
funciona mucho más el tango que el folklore. Rosario es
una ciudad tipo club. Uno va a un bar y sabe que ahí se va
a encontrar siempre con gente. Olmedo manejaba ese código
de los amigos, del café, de la barra.
A mi me quedó eso de "Puta, tendría que
haber charlado con él"
.Veamos que opinaba en marzo de 1988, todavía
compungido por la reciente desaparición física del
cómico, el Zar de la televisión, Alejandro Romay
que por ese entonces era dueño del canal que
transmitió la última temporada de No Toca
Botón, el canal de la palomita: Canal 9
Libertad:
La anécdota se remonta hacia 1958, cuando Romay
trabajaba en la radio y lo llamaron para hacer un programa en
Canal 7.
"Yo estaba muy nervioso, porque todo era nuevo para mi.
En eso se me acercó un switcher y me dio cuatro o cinco
ideas. En menos de media hora hicimos el libreto. Fue un
éxito y gracias a las ideas de ese switcher, que era
Alberto Olmedo".
Ya tenemos un pantallazo de la opinión de algunos
colegas y artistas, profundicemos ahora un poco más en la
opinión de la gente. Ya leímos algunos testimonios
de 1991 y otros de 2011, pero creo que una de las grandes
muestras de admiración y vigencia (motivo de este trabajo)
se vio en el año 2007 en un programa que se
transmitió en ocho emisiones por Telefé.
Basado en un formato de la BBC de Londres, la productora
Cuatro Cabezas realizó el programa "El Gen Argentino",
conducido por Mario Pergolini, que se emitió entre el 27
de agosto y el 15 de octubre de ese año.
La finalidad del programa era hacer que la gente, a
través de la página oficial en Internet y por
mensaje de texto, votara por quien le parecía el argentino
más admirable y con el que más se identificaban,
perteneciente al pasado remoto o a nuestros
días.
El programa tuvo difusión por adelantado y la
selección de las 100 personalidades que competirían
por ser el "gen argentino" fueron propuestas por el
público mediante el sitio en Internet.
Se seleccionaron las 20 personalidades más
representativas por cada una de las 5 categorías. Estas
eran: Historia y Política del Siglo XIX, Historia y
Política del Siglo
XX, Periodismo y Artes Populares, Artes, Ciencias y
Humanidades y, por último, Deporte.
Los argentinos seleccionados quedaron ubicados
según el número de votos que recibieron, con
excepción de los dos primeros que fueron ordenados
alfabéticamente.
A lo largo de las 8 emisiones fueron presentadas, en
boca de los integrantes del panel, conductores y otros panelistas
invitados, las razones positivas o negativas que llevaran a
mostrar a la personalidad como el gen argentino, según su
obra y sus comportamientos. Para el caso en el panel había
un defensor resaltando lo positivo de cada finalista y un
opositor que expondría lo negativo de cada uno.
Después, eran los televidentes los que elegían un
ganador por categoría, hasta el séptimo, y
anteúltimo programa, en que quedaron cinco finalistas. El
séptimo programa se dedicó a repasar solo los
aspectos negativos de las personalidades que habían
llegado, por el voto del público, hasta esa
instancia.
En lo que respecta al protagonista de esta
investigación, le fue dedicado el sexto programa, en el
que competía en la categoría Periodismo y Artes
Populares nada menos que con otro grande del humor, aunque en su
caso, el humor gráfico y literario: Roberto
Fontanarrosa.
Se destacaba el conjunto de similitudes ya que los dos
eran humoristas, ambos provenían de la ciudad santafesina
de Rosario, los dos tenían el mismo apodo ("Negro") y los
dos eran "canallas" (hinchas del club Rosario Central), aunque
Fontanarrosa era notablemente más futbolero que
Olmedo.
De los panelistas, Gonzalo Bonadeo, María Seoane,
Felipe Pigna, Jorge Halperín y de su defensor, Dady Brieva
(el de Fontanarrosa era Juan Sasturain) ninguno había
conocido personalmente a Alberto Olmedo. Quien sí tuvo la
oportunidad de hacerlo fue Mario Pergolini, el conductor del
ciclo, quien comento en un momento del programa que lo
había conocido presentado por Fito Páez.
Posteriormente a ver este programa, en una oportunidad me
crucé con Pergolini y se me ocurrió preguntarle por
aquel encuentro y me dijo "Si, lo conocí y compartimos
algunas noches de charla. Muy buen tipo, aunque algo parco.
Seriote".
Volviendo a aquel sexto programa, podemos extraer
algunas reflexiones que nos serán útiles en esta
investigación sobre el porqué de la gran vigencia
de Olmedo en la actualidad. Ante la pregunta del conductor hacia
el panel de si creían que Olmedo había sido el gran
cómico argentino, Seoane y otro panelista se pisaron por
responder que sí, ante lo curioso de la
contestación unánime remataron con un "Estamos
todos de acuerdo". Y profundizó Halperín
categórico "Olmedo inventó la televisión. En
la televisión en los tiempos de Canal 7 hay personajes que
hicieron lo primero y Olmedo hizo el primer programa infantil de
televisión, Olmedo invento personajes, Olmedo invento un
lenguaje también en la televisión, hecho de
palabras no completas, medias palabras. Olmedo fue un inventor de
la televisión. No era todo de cero, era una
tradición que había inaugurado Parravicini con la
improvisación en escena. Olmedo va a seguir esa
tradición". Acotaba Felipe Pigna "Un programa para
niños transgresor y a algunas tías no les gustaba
que miráramos Olmedo, por ejemplo, porque hacia romper
cosas, hacia cosas raras. No eran las habilidades clásicas
de los niños lo que proponía el Capitán
Piluso, me acuerdo".
Durante el programa se proyectaron tapes con testimonios
de, por ejemplo, Susana Gimenez (quien trabajó en cine y
televisión con él) diciendo "Era un actor intuitivo
genial y cambió el humor de la televisión en un
momento. Además era un tipo que todas las noches pagaba
cuentas (de restaurante) de 50 personas, nunca dejó pagar
a nadie. Era muy generoso en todos los sentidos. Tenia toda la
audiencia del mundo, todos lo esperábamos,
queríamos ver que hacia con la Bebota, con el Manosanta y,
por supuesto, con la pareja que hacia con Javier Portales que es
inigualable". O Silvia Pérez "Es un maestro. Es un
argentino típico. Cuando empezaban los ensayos para una
obra de teatro, nunca podíamos ensayar porque el nunca
sabia la letra. Cuando llegaba el día del estreno todos
estábamos muy nerviosos y desesperados porque era una
forma de trabajo bastante diferente a todas. Y el salía y
era ese grande que ha sido siempre". O Carlos Ulanovsky "El
Capitán Piluso le transmitió a muchísima
gente muchas frases. Un estilo de ser pícaro".
Ante la pregunta de porqué creen que la gente lo
recuerda respondieron, Silvia Pérez "El Negro está
en el recuerdo de todos no por lo obvio, o sea por su grandeza,
por su talento, por todas esas palabras que no alcanzan para
definir lo que era el actuando, si no porque además se fue
de esta vida de una manera muy trágica y eso le duele a
todos".
Chiquito Reyes (amigo de Rosario a quien Olmedo le
dedicó el nombre de uno de sus personajes) "El fue un
Capocómico, pero lo que te satisface y lo que te alegra,
es que la gente lo reconoce como que fue un gran tipo" Y Marcelo
Olmedo (su segundo hijo) "Creo que la gente lo recuerda como el
tipo que los hizo cagar de risa…".
Luego de volver al piso, reflexiona Dady Brieva "Hay
cosas que se tienen que hacer con gusto y donde la
intelectualidad muere tratando de ponerle palabras a esas cosas
que uno hace. Tratando de explicar como un Gitano, desde donde
canta (en referencia a Sandro), tratando de explicar como para la
pelota Maradona, tratando de ver de donde saca esa alegría
Olmedo. Y hay un lugar en donde mueren las palabras, donde nada
tiene explicación. Donde hay una cosa visceral, una cosa
de tripa que sale y que se expone de tal manera. Después
vemos si hay una necesidad de terminar como el Mono Gatica, si
hay una cosa fatalista que todos terminan así. Eso se ve.
Yo supongo que si Olmedo viviera tendría una
contención psicológica o que se yo y se
explicaría un poco mas el éxito y no tendría
necesidad de terminar… A lo mejor dirigiría una
película como Fito Páez de Pichincha y
resucitaría a sus héroes de la infancia y
así se tamizaría todo. Pero yo no creo que
él se propuso "A ver, Bertolt Brecht, tirar la cuarta
pared…" yo creo que a él le salio como un grito de
libertad porque yo creo que realmente él se cagaba en
todo, y cuando uno llega un momento que hace lo que se le viene
en gana es donde realmente uno entra a jugar fuerte. Juega en un
borde, casi abismal, y se vuelve verdadero".
Jorge Halperín cuenta una anécdota "Una
vez le hice un reportaje al director de teatro Alberto Ure, un
gran director, y me dijo "Olmedo tiene un registro actoral
superior a los actores de la Royal Shakespeare Company". Un
día, me cuenta años después, que se
encontró con Olmedo, Olmedo saca la billetera y tenia el
reportaje ese y le dice "No jodas mas que lo que yo hago es una
basura". Como vos decís (a Dady Brieva) él se
cagaba en todo, no quería explicarlo".
El número total de votos que hizo el
público para definir en ese programa si Olmedo o
Fontanarrosa era el argentino con quien más se
identificaba ascendió a 215.000. El ganador resultó
Alberto Olmedo con el 56,3 % de los votos.
En el siguiente programa fue eliminado, de la misma
forma que lo fue Ernesto "Che" Guevara en la categoría
"Historia y Política del Siglo XX".
Los resultados finales del octavo programa fueron los
siguientes:
1º lugar – José de San Martín –
Ganador en Historia y Política del Siglo XIX
2º lugar – René Favaloro – Ganador en Arte,
Ciencia y Humanidades
3º lugar – Juan Manuel Fangio – Ganador en
Deportes
4º lugar – Alberto Olmedo – Ganador en Periodismo y
Artes Populares
Si volvemos a repasar la cantidad de personalidades
argentinas postuladas en distintas categorías (100 en
total) y vemos en que lugar la preferencia de las miles de
personas que votaron decidieron que esté Olmedo podemos
dar crédito de una gran vigencia de su figura a 19
años y medio de su fallecimiento.
Recordemos que el fin era saber con cual argentino la
gente se sentía más identificada, representada, a
quien admiraba más, y Olmedo obtuvo el cuarto
lugar.
¿A qué se debe esa identificación?
Puedo arriesgar razones y seguramente cada persona tendrá
alguna más, o quienes no gusten de su humor alguna menos.
Lo que es innegable es que hay un número de personas muy
importante que lo sigue admirando. Y no todos votamos en el Gen
Argentino.
A ver, a través de sus personajes Olmedo fue
alguno de nosotros (aunque sea parcialmente envuelto en alguna
situación) o fue quien muchos quisimos ser. Fue el flaco
que manoseo impunemente a algunas de las bellezas femeninas mas
grandes de los 70 y 80s y se podía dar el lujo de decir
que estaba trabajando, es decir, cobraba un sueldo por
"descargar" a la bebota, psicoanalizar muy próximamente a
Susana Traverso, desestimar a Susana Romero mientras la
increíble morocha no para de tirarsele encima en "Rogelio
Roldan" o "rechazaba despectivamente" a Silvia Pérez
arrinconándola junto con Javier Portales en Álvarez
y Borges entre muchas otras situaciones similares en programas de
televisión y cine.
Olmedo, en cine, también podía ser el
porteño piola y agrandado que se las sabe todas y que
cuenta con un amigo del alma que siempre le hace la segunda.
Ambos tienen" mucha noche" y experiencia en mujeres, pero a la
hora de los hechos terminan solos o teniendo que pagar en
dólares para que alguna mujer se digne a tomar un trago
con ellos.
Olmedo era también un empleado explotado que
trabajaba de 0 a 24 por un sueldo mísero, que se
veía obligado a hacer firmar papeles a un ejecutivo muy
acaudalado que a la hora de rogarle que interceda por él
para un aumento de sueldo le dice "yo no manejo plata chica"
(salvando las exageraciones me pregunto si alguna vez
dejará de tener vigencia Rogelio Roldan).
Olmedo era también un tío loco con gorrita
de playa, remera a rayas, gomera y estuche sin revolver, que
invitaba a los chicos a moverse, a experimentar con cosas de la
casa y cuyo rasgo de disciplina era invitar a tomar la
merienda.
Hay otros ejemplos, pero con esto quiero decir que
Olmedo dio vida a muchos personajes con los que la gente se
podía identificar, ya sea por parecerse en algo o por
representar a quien quisiéramos y no podemos ser. Todo se
veía cristalizado en ese hombre que, con guiño
cómplice, mostraba el detrás de cámara,
tiraba paredes abajo, descubría trucos mágicos y
terminaba haciéndose amigo del televidente.
¿Con que herramientas consumó Olmedo ese
vínculo?
En primer lugar haciendo que el televidente se sienta
invitado a formar parte de un juego que ni siquiera el propio
Olmedo sabia como se iba a desarrollar y como iba a terminar,
pero que, dadas las experiencias anteriores, se sabia que le iban
a propiciar un buen momento. El hecho de "no saber" a donde va el
cómico con exactitud se debe a una de sus mayores
virtudes: una capacidad impecable de improvisación. La
improvisación acoplada a su humor, su carisma y los
compañeros de elenco indicados, apoyados en un buen libro,
daban este resultado inoxidable.
¿Qué tipo de humor desarrollaba
Olmedo?
Él siempre se definía como "un
cómico latinoamericano". Lo suyo era el humor liso y
llano. El éxito que tuvo con películas picarescas
lo llevó a ser principalmente recordado en ese rol: el del
tipo muy bien rodeado por mujeres deseables, que siempre tiene un
chiste o alguna frase astuta para hacer reír con alguna
temática sexual.
Innegablemente en sus programas había toques de
absurdo (ej. Cuando el Manosanta mostraba a uno de los enanos que
cultivaba en el fondo o se disparaba un tiro en la entrepierna).
Había exageración (el enano Polvorita siempre era
sometido a pruebas de alto riesgo) y juegos de palabras, como
así también el infaltable doble sentido (un ejemplo
claro eran los comentarios de Borges hacia la secretaria de
Álvarez cada vez que ésta se aparecía
finalizando ese sketch).
En el cine abundó en la comedia. En algunos casos
comedia con toques de drama, como en el caso de "Mi novia
el…" (Posteriormente llevó el nombre original antes
de que prime la censura que fue Mi novia el travesti) o de Basta
de mujeres, las dos en co-protagonismo con Susana Gimenez. Hizo
cine infantil con la película de Piluso de 1963 y comedia
familiar en films como "Los extraterrestres". Después,
obviamente está la gran cantidad de películas de
humor picaresco o adulto, como "A los cirujanos se les va la
mano", "Los doctores las prefieren desnudas", "Los hombres
piensan solo en eso" entre otras.
En televisión lo que más hizo fue sketch,
ya desde "La Troupe de la TV", pasando por "Alberto y Susana" en
1980 y coronándose definitivamente con "No Toca
Botón". Hizo los ciclos infantiles de Piluso y hasta un
programa de concursos en enero de 1970.
Alberto Olmedo fue una persona que escondía
muchas facetas que salían a la luz cuando se
encendía la cámara. Incluso en su vida personal,
cuesta creer que esa persona que nos hacia (y hace) reír
con la palabra, gestos, disfraces y actitudes haya sido un ser
tímido, callado e incluso "seriote" como me contó
Mario Pergolini aquella vez en que lo consulté por su
encuentro personal con él.
"A veces antes de grabar, el director está
explicando la situación y yo muchas veces digo "No puedo
más, dejame 5 minutos, dejame 5 minutos" y estamos con las
luces prendidas, los actores reunidos explicando las gracias que
tenemos que hacer. Explicando el libro, porque nuestro autor lo
explica más que lo leemos. El viene con todo escrito y nos
explica, me entra mucho más fácil, me resulta mucho
más cómodo. Y a veces no aguanto y me duermo: 5
minutos. Y me deja dormir 5 minutos, 10 minutos y duermo. Y
cuando me toca hacer, en seguida me despabilo, en 3 segundos; me
lo explica y lo hago. Pero eso es cuando se prende la luz roja de
la cámara, ahí viene el misterio. Es como que el
duende, pasa un duende o pasa el Señor ¿no?, hablo
de Dios, que me pasa por adentro y me convierte en otra
persona".
Que bueno, Negro.
Reportajes
Francisco "Pancho" Guerrero
Pionero de la televisión argentina. Autor,
Director y Productor. Ex docente del ISER, Directivo Accionista
de Canal 11, Asesor Artístico de Canal 11 y 7 (Buenos
Aires), Asesor Artístico del Canal de la Universidad de
Tucumán, Director y Asesor de TELEVISA para algunos
países de America.
¿Cómo empezó su trabajo en el medio
artístico?
Yo empecé en el teatro. Mis primeros años
fueron en el teatro. No de intérprete ni nada por el
estilo, sino en la claque que arranca los aplausos o cuando era
algo español gritaba "Ole", para que el público
también reaccione y así fue como entré a la
compañía de Doña Lola Membrives para hacer
"La Malquerida" y tenerla. Ella se ponía un delantal de
cocina, porque hace de una mujer de campo, y abajo tenia un
cinturón muy ancho y nosotros la agarrabamos de ahí
porque una vez se había caído del escenario en el
final del primer acto, porque tiene dos actos la obra. Y un
día viene Juan Manuel Fontanals, que era el hijo de una
actriz muy importante que tenia Doña Lola que era Helena
Cortesina, me dijo "Mirá, para la televisión Don
Jaime Yanquelevich, que era el dueño de Radio Belgrano,
está buscando gente allegada al teatro o al cine", me dice
"¿Vos querés ir?", "Si", "Bueno, vamos" Y bueno, me
presenté, ahí estaba el Ingeniero Kembler que fue
realmente el que nos enseñó a querer el material, a
estancar los cables, a guardarlos en forma de 8, a las
cámaras también tratarlas con mucho cariño y
no golpearlas. Una serie de cosas que, con el tiempo, reconocimos
que eran realmente valiosas. Yo creo que las cámaras de
Canal 7 duraron tantos años sin cambiarlas, por el cuidado
que tuvieron. Bueno, el primer programa que empecé a
dirigir fue "Los cuentos de Angelina Pagano para niños".
Una cosa muy bien hecha, una actriz extraordinaria era ella, con
mucho cariño. Y de una forma que parecía una abuela
contando los cuentos. Tenia esa ternura que tienen las abuelas,
después fui pasando a otros lados.
¿Esto en que año fue?
Y esto es en el 51, 52, 53. Después pase a la
tarde, que había un programa a la tarde, como si fuera, te
diría yo, una cosa parecida a lo que hoy seria una
matinée. Con cantantes, con reportajes, con cosas. Y
después llego el día en que me llamaron de "Jorge
Publicidad", que llego a ser muy importante acá en la
Argentina y que trabajé muchos años con ellos. Y me
ofrecieron ese programa, que es de un autor que se llamaba Jorge
Falcón, que es uno de los mejores autores que tuvo la
televisión, antes de Migré, antes de todos ellos y
que me dijo que quería hacer "Yo y Un Millón", que
relataba la historia de una persona (en aquella época no
se conocían como hoy los trepadores, viste que hoy somos
todos trepadores y de alguna forma u otra queremos llegar). Lo
hacia Alberto De Mendoza, y ahí hicimos cosas realmente
muy importantes como fue cuando tiramos a Alberto De Mendoza de
una torre, que no fue Alberto De Mendoza sino Carlos Scazziotta,
que era un cómico de circo, para que se subiera arriba de
la torre y se tirara el. Porque este muchacho con tal de llegar
era capaz de hacerle un reportaje a un tipo que se estaba por
suicidar. Fue un merengue bárbaro porque empezó a
venir la gente a ver que pasaba. Realmente fue un alboroto. Y ya
llegamos a la época de Olmedo, porque en el año 53
yo en busca de una novia voy a Rosario, con la
compañía con que yo había trabajado en el
teatro. Y llego a Rosario.
Claro, usted era asistente de dirección en la
compañía de revistas "Romería"
Exactamente
O sea que hacia televisión y teatro al mismo
tiempo
Y del teatro, lógicamente, no me olvidaba.
Trataba de volver porque tenía muchos amigos. Todos nos
reuníamos frente al Teatro Avenida en la Avenida de Mayo,
porque estaba El Paulista y supe mantener esa amistad. Fui a
Rosario, y en Rosario me presentan a un muchacho muy
simpático que estaba también en la claque, para
arrancar los aplausos, que era Alberto Olmedo.
¿En que años fue esto?
Mediados del 53
Y Olmedo era claque en el Teatro de La
Comedia
En La Comedia de Rosario, si señor. Entonces le
digo un día "Mirá Negro, yo creo que vos
deberías venirte a Buenos Aires. Yo trataría de
meterte en televisión" Porque yo lo soñaba de
actor. Me dijo "¿Te parece?" y le dije "Si, porque
acá no vas a poder salir adelante". La cuestión es
que en Agosto de 1954 se aparece el Negro, en el Café
Paulista. Hacia mucho frío y llevaba puesto un saco y
debajo del saco papel de diario para abrigarse. Bueno, se
sentó con nosotros y yo lo llevé a la casa de mi
mamá, vivió un tiempo con mi mamá.
Después se mudó a la calle Lavalle en una
pensión, con un maquinista de teatros de Rosario estaban
instalados ahí. Y entró a trabajar en la Casa
Lucky, aquella que hacia la propaganda "La cartera barata y linda
en Casa Lucky" en la calle Carlos Pellegrini. Ahí estuvo
un tiempo el Negro y yo pasaba con un auto muy viejo que tenia y
le decía "Negro" y el decía "Hace la tuya que yo
aguanto, yo aguanto". Y un día pasé y le dije
"Subí". Lo traje al canal, lo presenté y
entró a fines del 54. Entró a trabajar de switcher,
que mi hermano Piruco y Gugui Riva le enseñaron a hacer de
switcher. Por eso el Negro conocía tanto la
disposición de las cámaras, por donde correr, donde
hacer el foco justo con las cámaras porque había
sido switcher.
¿Es cierto que la primera intención para
que el trabaje cuando vino de Rosario era poder entrar a bailar
en el Teatro Maipo?
No, no. Lo más que había hecho de
espectáculo era en Newell"s Old Boys era como
volante… ¿Viste esas torres humanas que se hace con
la gente? Él era volante, era el último y él
se subía, iba arriba y quedaba sólo arriba de todo.
Puede ser que haya actuado en algún teatro de barrio, pero
no.
Y como switcher el apretaba la botonera con la
cámara que le decía el director
Voy a cámara 1, voy a cámara 2, dissolve a
cámara 2. Esas cosas hacia el.
¿Y se acuerda del nombre de algún programa
en donde él haya sido switcher?
Y, conmigo hizo "Distrito Norte", que fue el primer
teleteatro argentino que salió en gira por los barrios,
como hacían los radioteatros antiguamente. Los
radioteatros salían de gira por los barrios y la gente los
iba a ver. Y eso quisimos hacer con "Distrito Norte" y
decían que estábamos locos y debutamos en un teatro
en Congreso, en la esquina de Rivadavia y Sáenz
Peña. Fue un éxito. Después fuimos al Teatro
Colonial de Avellaneda, fuimos al Gran Liniers. Hicimos una gira
muy grande por todos los barrios y nos fue muy, muy bien. Era un
teleteatro de una comisaría de barrio donde
sucedían un montón de cosas; Jorge Falcón,
que fue un autor extraordinario, lo llevó con mucha
vigencia y le dio un gran éxito.
Bueno, el Negro debutó en la "Troupe de la TV" y
hacia de un locutor y mi hermano le puso un cartel con lo que
tenia que decir y se lo puso al revés, así que el
Negro tuvo que hacer una improvisación. Y bueno,
ahí arrancó.
¿Y en La Troupe de la TV, sólo hacia ese
sketch?
Empezó por ese sketch, después fue
agregándole cosas, por supuesto. Cuando vio que
tenía esa facilidad de inventar cosas. Después
continuó haciendo sus cosas. Fue un tipo que tuvo una
carrera muy rápida.
¿Y en que horario iba "La Troupe de la
TV?
Horario de 21 a 22, central. No me acuerdo si iba los
lunes o los martes. Lo hacia Miguel De Calasanz que era un gran
autor.
¿Cómo fue esa cena de fin de año
donde el se lució y le dieron la oportunidad de
actuar?
Eso fue antes de debutar en "La Troupe de la TV", que el
director del canal era Bringuer
Ayala, un muchacho joven, ex locutor. Y en la comida se
va yendo un interventor y entra otro y empiezan a pelear ya los
dos bandos. Cuando se ponen las cosas muy feas Olmedo salta
arriba de las mesas, se puso a hacer sus cosas, todo el mundo se
rió, calmó los ánimos y ahí me dijo
Bringuer Ayala "Ponelo en La Troupe de la TV".
¿La Troupe de la TV ya existía?
No, iba a empezar
¿Eso fue en Enero del 56 entonces?
Enero no, yo te diría marzo. Fue en temporada,
temporada bien fuerte.
¿Y ese mismo año empieza a hacer la
Revista de Jean Cartier?
Jean Cartier fue un tipo que dio trabajo a mucha gente,
si. Estuvo Olmedo, estuvieron varios ahí en ese programa.
Pero más que nada como visita, para reforzar. Era un
programa de moda que hacia Jean Cartier
Y posteriormente Olmedo trabajó en Joe Bazooka
¿Cómo era ese programa?
Joe Bazooka era un personaje con una bazooka, como si
fuera un súper héroe, que era de pegar trompadas y
hacia todas esas cosas. Y anduvo muy bien
también.
¿Y Olmedo era el conductor de Joe
Bazooka?
No era el conductor, era el protagonista: Joe Bazooka
era él. Hizo muchas cosas así.
Y poco después vino Piluso
Piluso yo te diría que es el que le dio la fama
con los chicos. Un boom. El colegio de Canal 7 se llama Piluso
por él. Hay un colegio infantil que se llama Piluso por
Olmedo.
¿Se hacían todas las transmisiones en vivo
desde el Palais De Glace?
No, se hacían desde el Estudio A, del Estudio B y
también desde el Palais De Glace, de acuerdo a lo que
tocaba. El Estudio A estaba en Ayacucho y Posadas que era la
parte de atrás del Alvear Palace Hotel donde había
existido un teatro, que creo que se llamaba Teatro Imperio, por
esos años, que también lo usábamos. No te
olvides que antes iba todo en vivo, no podías equivocarte
porque no había forma de arreglarlo. Entonces Don Jaime
hacia sacar las cámaras del Estudio A que daba a un
pasillo y había otra puerta que daba a la radio.
Poníamos la radio y transmitíamos las
orquestas.
Y Don Jaime fue el creador del sistema que, no se
porqué ya no se hace, que era hacer tres teleteatros por
día. Porqué, explicaba él. A las 10 de la
mañana porque la mujer está preparando la comida y
está viendo la novela, lo usa como radio. Después,
a las 2 o 3 de la tarde, se sienta tranquila a ver. Y
después a las 5 o 6 de la tarde que es la que ve toda la
familia. Después los sábados y domingos hacia
teatro. Teatro argentino con grandes obras, hecho por grandes
actrices, Doña Lola Membrives trabajó ahí.
Fue realmente un creativo Don Jaime, hizo mucho, mucho por la
televisión.
Volviendo a Olmedo ¿aún siendo exitoso a
fines de los 50 seguía siendo switcher?
En un tiempo él decía "Esto es seguro, lo
otro no se" Fue jefe de switchers en no mucho tiempo, pero
después llegó un éxito tan brutal en cine y
en todos lados que era una estupidez trabajar de
switcher.
Hay una anécdota muy linda: cuando yo me caso por
Iglesia, por supuesto, el Negro estaba. Y cuando me preguntan si
acepto por esposa a Carmen Morales, yo era el novio el que tenia
que contestar que si, y se escucha una voz que dice "Sí"
fuerte, era el Negro que estaba y lo echaron de la Iglesia, por
supuesto. Era un fenómeno, evidentemente un
fenómeno.
¿Y siempre fue de improvisar en
cámara?
Siempre hizo improvisaciones. Siempre, siempre, siempre.
Totalmente improvisado.
¿No se sabia lo que iba a hacer?
No, él antes leía el libreto. Había
un fenómeno que era Javier Portales, un fenómeno.
Como lo seguía y como lo llevaba ¿no? Fue un tipo
excepcional Javier. Un actor estupendo.
¿Y anécdotas?
Anécdotas hay mil, lo que pasa es que te voy a
contar las que se pueden contar. Una vez fuimos a un velatorio,
estaba yo en Rosario, andábamos dando vueltas como a las
tres de la mañana. Y dije "¿Dónde se puede
ir que haya algo abierto?", y me dice Juanito Belmonte "Vayamos
al velatorio de la calle Santiago". Y nos fuimos al velatorio.
Claro, no le iban a preguntar al muerto si nos conocía y
nos sirvieron café. Antes de irnos Olmedo me dice
"Esperá", se acercó al cajón y agachó
la cabeza adonde estaba el muerto y dijo "Aunque nunca me
reconociste vengo a darte un beso, papá". Se armó
un despelote que ni te cuento, los gritos. Había una mujer
que decía "Viste Victoria, nunca te quise decir que tu
marido…" Bueno, creo que al final, al cajón, lo
llevaron a patadas. Imaginate el lío que le armó al
pobre tipo que no tenía nada que ver. De esas hay
miles.
Bueno, hay otra que dice que ustedes subían al
colectivo, después de trabajar en Canal 7, sin pantalones
¿Puede ser?
Si, si, si. Él y yo, los dos.
¿Pero viajaban todo el trayecto
así?
Claro, porque todos paraban en Avenida de Mayo.
Tomábamos el 274 hasta Avenida de Mayo y Lima y ahí
caminábamos una cuadra hasta El Paulista que es donde
parábamos todos. La escalera era muy alta, entonces yo
subía con los pantalones míos en la mano y Olmedo
con los de mi hermano, los dos median 1 metro 80 cada uno y
decía "Harry, saque dos de 20", me acuerdo que
sacaba.
Y un día yo me senté y un tipo
entró al lado mío. De repente tocó y
sintió algo frío: vio y era mi pierna. De esas
miles hemos hecho.
¿Y el viaje a Uruguay?
Yo venia de Uruguay, había ido mucho con la
compañía y tenia muchos hoteles baratos y le dije
"Muchachos ¿Por qué no se van a veranear
allá? Miren que es barato son 10 pesos oro por día
y vivís muy bien" Los convencí y fueron. Y les dije
"Lleven hojas de afeitar que es un buen negocio", porque las
hojas de afeitar valían allá lo mismo que
acá. Pero acá costaban un peso, que un peso oro
eran 8 de allá. Y Olmedo se hizo un cinturón, todo
con hojas de afeitar. Bajó allá y le preguntaron
"¿Esto que es?", "No, lo que pasa es que yo me afeito tres
veces por día" dijo. Casi lo matan.
¿Y alguna anécdota durante las
grabaciones?
No, el era muy serio. Trabajando era muy, muy serio.
Además siempre cariñoso, un tipo muy
cariñoso, muy amigo de todo el mundo. Hay otros actores
que llegaron a ser menos importantes que él y se ponen de
una forma… No se si por envidia o porqué, pero te
da bronca que se pongan así. Pero Olmedo fue una muy buena
persona.
Y cuando usted lo vio haciendo Piluso, en el año
60 y el éxito del Luna Park ¿Usted como lo
vivió?
Yo lo único que no pude hacer con él
fueron películas. "La Pulga en la Oreja", con Zulma Faiad
me hubiera gustado que estuviera el Negro, pero el Negro no pudo
porque tenia un compromiso en España, porque él en
España filmó con una mujer que era como la Isabel
Sarli de acá, pero en España. Le fue muy bien. No
se pudo quedar porque, obviamente, tenia compromisos acá,
pero si se hubiese quedado el Negro en España la hubiese
pegado. Además que conocía mucho la mentalidad de
los españoles porque él también había
hecho mucho teatro con compañías españolas,
porque no te olvides que el teatro español fue un poco la
base de todo el teatro nuestro. Todas las compañías
de teatro venían a Buenos Aires y a Rosario, o iban a
Rosario y después venían a Buenos Aires. Porque
Rosario fue, en ese sentido, un potencial para el
teatro.
Bueno, Olmedo tenía mucha influencia. A él
le gustaban las canciones españolas
Claro, porque allá iba mucho teatro
español. Iba "Romeria" y otras compañías
españolas.
¿Usted llego a ver el dúo
Toño-Olmedo que tenia en Rosario con Antonio Ruiz
Viñas?
Si, como no. Pero eso era una cosa como te diría
como actuar en una fiesta. No tenia la… no te diría
el "lujo" pero sí la prestancia que te da estar en el
escenario, con la luz ni el miedo que te da fracasar. Yo
después de muchos años en una obra de teatro,
porque yo hice mucho teatro en Mar del Plata y en esas zonas, y
un actor no vino. Y salí yo. Y me quedé sin saliva
y le dije a mi mujer "Alcanzame agua", entonces me trajo una
botella de agua y una copa y tomaba agua porque no podía
hablar. Es bravo, bravo.
No, Olmedo fue único. No se puede discutir lo que
fue Olmedo. En Mar del Plata un día estábamos al
lado del teatro, tomando algo en el bar, y viene el acomodador y
le dice "Olmedo, faltan 10 minutos para comenzar" "Si, si
está bien" Y le dije "Negro, vas a llegar tarde" y me dijo
"No te preocupes" y después dijo "Vamos". Entramos al
teatro, a la platea y me dice a mi "Quiero que te quedes
acá para que veas lo que le voy a decir al público"
y me quede. Pese a la hora, sale y dice "Hola. Buenas noches.
Ustedes vienen a ver una obra que no se entiende. Me voy y salgo
por esa puerta y esa puerta es para ir al baño. No se
entiende nada lo que han hecho acá. Les digo porque no
quiero que después digan que yo estoy loco" Y era verdad.
Y la gente lo ponía como un loco. Esas cosas que
había errores. Brutal, brutal. Y el record de
recaudaciones públicas lo hizo Olmedo
allá.
Claro, porque usted lo siguió viendo
posteriormente ¿no?
Claro, si el iba y le pedía permiso a mi mujer
para salir conmigo. "Me lo llevo a Pancho esta noche" y nos
íbamos por ahí, hasta la mañana.
Bueno, también hay una anécdota que dice
que una vez salieron y la noche terminó en la
comisaría…
Exactamente, conoces cosas vos. Salimos una noche, se ve
que tome mucho, y nos despedimos, le dije "Chau Negro" "Chau". Y
yo agarro el auto, por Plaza Italia voy dando la vuelta, y
aparezco en la comisaría que está en Ugarteche y
Santa Fe, la que está justo en la esquina. Y en el
calabozo, pasa un cabo y le digo "Cabo…" y me dice
"Quédese tranquilo que ahora viene el que lo trajo a
usted" Y al rato aparece un oficial y me dice "Guerrero
¿Qué le pasaba?" y le digo "No se, déme
perpetua que no me acuerdo de nada" y me dice "Bueno, invente
algo que está su mujer en la escalera". Voy subiendo y le
veo las piernas y digo "Mira vos que este loco de Olmedo, le dio
el auto a Coquito. Y Coquito no sabia manejar, casi mata a una
persona, yo me puse en el lugar de él y estoy preso ahora"
Y mi mujer dice "No mientas que si lo tuyo es triste, lo de
Olmedo es peor" y le digo preocupado "¿Que le pasó
al Negro?", "¿Sabes como llegó a la casa?" y le
digo "¡No sé!", "En el camión de la basura" y
le digo "Bueno, es normal la gente lo quiere". Y me dice "No, no
iba sentado con el chofer, iba en la bandeja de atrás,
acostado donde se pone la basura". Y cuando llegó a la
casa le dijo a Tita Russ (su segunda esposa) "Bajame whisky para
los muchachos" y la esposa lo corrió con la escoba por
toda la cuadra.
¿Y con Coquito también llegó a
tener un trato así?
Si, un tipo macanudo. Muy callado, muy inteligente.
Escribía las cosas para Olmedo. Muy callado y, sobre todo,
un gran segundo para él. Lo adoraba a Olmedo y Olmedo lo
quería mucho a él. Coquito fue un tipo excepcional
para la vida del Negro, muy buena persona.
Y usted como Director ¿Qué mirada tiene
sobre el trabajo de libretista de Coquito (Humberto
Ortiz)?
Era muy respetuoso, el respetaba la letra, el que no
respetaba nada era Olmedo. Esas cosas que hacia de salir
corriendo y pararse frente a las cámaras, si no
dominás el piso no lo podes hacer.
¿A Olmedo sólo lo dirigió en "La
Troupe de la TV"?
Si, ese fue su primer programa. Después lo
dirigí alguna vez que faltó Hugo Sofovich, el
hermano de Gerardo, que hice el programa yo porque se tenia que
ir Hugo. Ya por sobre el final de Olmedo en la televisión,
en "No Toca Botón".
Justamente en la última temporada de ese
programa, en el sketch "Pérez y Señora" tanto a
usted como a Juanito Belmonte Olmedo los mencionaba todas las
semanas antes de contar alguna anécdota sobre Rosario y
después de decir "Éramos tan pobres" ¿Le
comentó él que iba a hacer eso?
No, no. Se le ocurrió a él y lo
decía. Por ejemplo, el otro día vi un pedazo de un
programa de él y le decían "Yo soy español"
"Y yo también, yo he trabajado en "Romeria" donde
trabajaban Pancho y Juanito Belmonte", dijo Olmedo. Pero
él no trabajó nunca en "Romeria", yo sí. Nos
mencionaba a Juanito y a mí porque éramos
rosarinos. Son cosas de él, cosas que hacia porque se le
daba la gana hacerlas ¿viste? A mi me parecía muy
bien.
¿Y usted lo había visto la noche anterior
al fallecimiento?
Si. Yo me tuve que ir temprano pero, te digo, sin mi
mujer. Porque mi mujer cada vez que yo salía con Olmedo
temblaba por como volvía después. Al otro
día tenia que hacer una nota para Canal 11, estaba en el
11 yo. Le dije al Negro "Me voy a tener que ir porque
mañana me voy a Buenos Aires" y lo veo que llevaba 2
botellas de champagne y le digo "Te vas a tomar champagne ahora"
y me dice "Lo que pasa es que Nancy está embarazada" y le
digo "Ah, mirá que bien". Y se fue con la mujer a festejar
y después al otro día apareció la
noticia.
¿Usted ve que Olmedo sigue vigente?
Si. Y va a seguir vigente. Por que la forma de
improvisación y sus gestos… Porque él todo
lo decía con un gesto y eso es muy difícil de
hacer. Además ¡las salidas que
tenía!
Yo le enseñé a él, como era muy
petizo, a ponerse un almohadón cuando se sentaba. Y un
día en un programa dijo "Esto, como dijo Pancho, lo vamos
a dejar porque sino quedo muy hundido" Esas cosas que
decía y la gente después se daba cuenta.
Y a tantos años de su muerte
¿Porqué creé que sigue tan vigente y
recibiendo tantos homenajes?
Vos no te olvides que acá, hasta que Olmedo
aparece y desaparece, las dos cosas, existía Sandrini,
nada más. En el cine y en los cortos de televisión.
Y hoy en día, los cortos que se siguen pasando, que son
los viejos, tienen éxito. Aparte que ahora se venden los
que ya se repitieron 40 veces y en la calle se venden mucho.
Tiene una vigencia bestial el Negro. Eso no lo podes nunca, nunca
superar porque es algo que viene con la persona.
Sergio Ranieri
Periodista. Ideó y coordinó la
investigación para la realización del libro
"Queríamos Tanto a Olmedo" publicado en 1991 y reeditado
por última vez en 1995 como número especial de la
revista La Maga, Fue fundador de la revista cultural La Maga,
Actualmente se desempeña como Jefe de Redacción de
la Revista Debate
¿Cual es el recuerdo más lejano que
tenés de Olmedo? Aquella primera vez que lo viste y te
impresionó.
El recuerdo mas lejano es el de Piluso. Yo llegué
a ver al Piluso de Canal 2, era muy chico. Fines de la
década del 60, creo que 68, una cosa así. Yo tengo
dos recuerdos fuertes y mezclados; por un lado los Titanes en el
Ring de esa época en donde estaba El Indio Comanche y el
"Piluso la leche" que siempre entraba a cámara con cosas
rarísimas. A mi me llamaba mucho la atención ese
estilo que tenia él de decir "Rompan todo", ese estilo
"punk", antes de que existieran los punks. Un punk avant la
lettre. Y nos trataba a los pibes como iguales. Pero el recuerdo
más vivo es el de haberlo visto en El Mago Ucraniano y
todas las cosas que hacia cuando el se pasa a Canal 13 y hace El
Chupete con los guiones de Mesa en su propio programa. Ahí
decía lo de "la mano es más rápida que la
vista" y yo con 10, 11 años me mataba de la risa. Era el
Olmedo de la noche, de esos personajes absolutamente deformes que
hacia. Y después, los grandes recuerdos en la adolescencia
vienen con "No Toca Botón" en el 85, la etapa de Canal 11
sobre todo del 84 al 86, que para mi fue la mejor
etapa.
Pero siempre la admiración, la cosa del humor. La
manera de actuar, esa manera de improvisar. Y la
investigación me permitió comprender que fue
pionero de eso. Nosotros tuvimos la posibilidad de hablar con el
que fue el productor del primer programa que él hizo, que
por supuesto no hay registro de nada de esto, que era Voiro, que
él hacia la "Escuela de locutores" cuando la hacia e
improvisaba en 1956. Había roto esta cosa de la
cámara y el detrás de cámara y ahí
traía a los tipos, se peleaba, jugaba con el apuntador.
Hacia una cosa totalmente novedosa para la
época.
¿De todos esos recuerdos nace la idea del
libro?
Si, esto pasa unos años después de su
muerte, con el shook que provocó eso. Y esto surge en el
último año en que estudiábamos en TEA. En el
taller de periodismo. Estábamos en el último
trimestre de la carrera y era el taller de televisión con
Emilio Cartoy Díaz, que es un productor histórico
de la televisión, y a mi se me ocurre la idea de hacer un
documental, en principio. Había que presentar la idea de
cómo desarrollar un documental. Nos empezamos a
entusiasmar con la investigación y. bueno, terminaron las
clases y dijimos "Vamos a hacer un libro". Y tuvimos la banca de
Ares, de la gente de TEA y lo hicimos. Estuvimos todo ese verano,
hicimos una investigación muy profunda. Hablamos con todos
los protagonistas, o con casi todos, porque como era todo muy
reciente algunos no quisieron hablar.
Y a mi, particularmente, me partió la cabeza ir a
Rosario y hablar con los amigos y todo eso que se jugaba
ahí.
Otra cosa que fue impresionante para mí desde el
punto de vista de la investigación era que en la vida real
eran como una película de Monicelli. Las cosas que
hacían en Canal 7, que se subían al colectivo con
los pantalones en la mano, era una cosa realmente
increíble. Y el tipo, lo que nosotros percibimos, es que
era un tipazo. Que todo el mundo lo quería mucho. Hablamos
con tipos de todas las épocas y todo el mundo lo
quería mucho. Un personaje interesante, muy
interesante.
¿Cómo eran las reacciones y los
comentarios sobre Olmedo en aquellos momentos en que, a
diferencia de ahora, él estaba ahí haciendo sus
programas, películas y obras de teatro? ¿Qué
decía la gente?
Cuando yo empecé a tomar conciencia de esto,
porque digamos que El Chupete era una cosa más de chico
que uno miraba, se reía y era eso que podía ver y
Olmedo era muy popular en ese tiempo, pero el fenómeno que
pasa en el ochenta y pico es… Nosotros nos
juntábamos con los amigos y antes de salir el viernes a la
noche era "ver a Olmedo". Era parte de la salida. No sé,
era un fenómeno comparable… pero no tanto, porque
Cha Cha Cha o Todo X Dos Pesos fue una cosa en un punto
más intelectual, como de una elaboración de otro
tipo.
Y un poco mas under…
Claro, y un poco mas under. Esto era "vamos a ver a
Olmedo para reírnos". Y no era ninguno intelectual en esa
época, ni nada parecido. Éramos muchachones que nos
reíamos mirando a Olmedo.
¿"No Toca Botón" arranca en el
81?
Claro
¿Y siguió ininterrumpidamente hasta el
87?
No, él para. Digamos: el No Toca Botón que
se recuerda empieza en el 84, en Canal 11. En el 81 lo hicieron
un año y después no se que paso. El también
lo quería ayudar a Coquito porque estaba mal de salud.
Pero los años fuertes son 84-86, después pasan a
Canal 9, con otro contrato y fue la última
temporada
.Eso es lo que está en DVD
Pero en los DVD está también los del
84-86. Vos te das cuenta por la imagen. Y además hay mucho
material que se perdió.
Casi todo está perdido, es una cosa de locos. Por
ejemplo la famosa pelea con Karadagian…
Y esa pelea se había grabado en tape, me parece,
porque leí que en días posteriores la repitieron
por Canal 9 un par de veces más
No creo que se haya grabado en tape. Por ahí
estaba grabada en fílmico, porque en esa época lo
que se hacia era grabar en fílmico y con audio aparte. Era
todo un proceso. El video tape llega en el 62 y la pelea fue en
el 60, no había video tape. Pero seguramente estaba el
fílmico y por eso se podía volver a ver. No estaba
filmado con las cámaras de piso, estaba filmado en
exteriores.
De Piloso lo único que queda es la
película del 63
Claro y el chistecito ese que ya es de la última
etapa. Las películas están, como la de Karadagian y
los Fantasmas…
Claro, porque ese es el primer Piluso
Ese es el Piluso que era más groso. Y en realidad
la movida de la pelea tiene que ver con el lanzamiento de
Karadagian en Canal 9, y era toda gente que venia de publicidad,
de los Estudios Lowe. Toda esa gente que tenia muy claro el
concepto.
¿Y como fue la vuelta a Olmedo en el 78
después de los dos años que estuvo fuera del aire
por el levantamiento de El Chupete?
En el 78 el va a Canal 7, no a Canal 13. En el 78 vuelve
como Rucucu y sale del arcón
¿Llegaste a ver el programa de
Pilusman?
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